Los Demócratas pierden terreno, aunque Harris lleva la ventaja
En las últimas décadas la población latina ha demostrado un mayor compromiso político.
El porcentaje del electorado hispano que acudió a las urnas en los Estados Unidos, creció de un 44% en 1996 a un 54% en el 2020; y del 2020 hasta la fecha, el número de personas que cumplen los requisitos para votar aumentó en 4 millones. Es decir, el número de latinos que ejercieron su voto en el 2000 se vio duplicado hasta llegar a los 36,2 millones de votantes latinos.
Algunas estrategias electorales de este ciclo han reconocido, finalmente, que la diáspora de hispanos y latinos no es un monolito. El bloque de votantes está conformado por inmigrantes recientes, así como por múltiples generaciones, descendientes de inmigrantes de casi veinticuatro países de Centro y Sudamérica, así como de España y el Caribe.
Un ejemplo de ello es la imagen renovada de la campaña de Trump para el electorado latino, la cual hace hincapié en la ciudadanía estadounidense; así como la nueva táctica de la campaña de Harris para restarle importancia a la política identitaria y enfocarse más bien en los temas que le preocupa a esta población.
En el 2020, el electorado hispano se hizo presente en el marco de una pandemia que afectó enormemente a su comunidad. La elección tuvo una participación histórica del voto hispano, siendo la primera vez desde 1992 —cuando el Demócrata Bill Clinton venció al Republicano George H.W. Bush— que más de la mitad de hispanos participaron en las elecciones presidenciales.
Esta participación del electorado hispano formó parte clave de una coalición que entregaría la Casa Blanca en el 2020 a Joe Biden y a su vicepresidenta Harris. Trump, sin embargo, no se quedaría atrás: hubo más latinos que votaron por él en el 2020 que en el 2016.
Según un informe publicado en el 2021 por Equis Labs, una empresa de investigación que se inclina hacia los Demócratas, el porcentaje electoral por Trump en estados cruciales incrementó en distritos densamente poblados por latinos. En el condado de Maricopa, Arizona, por ejemplo, el candidato recibiría 64% más de votos que en el 2016. En Milwaukee, los votos por Trump aumentaron en un 38%.
Estos avances supusieron un cambio en el voto latino, que en el pasado era considerado como favorito para los Demócratas. El potencial que este vibrante e importante bloque de votantes tiene para influenciar los resultados de las elecciones es evidente y se ve reflejado en las últimas encuestas. Aunque Harris lidera en las encuestas con el voto latino, los Demócratas deben enfrentar el hecho de que el apoyo de esta población para el partido es el más bajo de los últimos cuatro ciclos electorales presidenciales.
Para ganar, Harris debe recuperar el territorio perdido en estados clave como Pensilvania, especialmente ahora que la campaña presidencial ha llegado a su cénit. Lograr incluso mover la aguja un punto puede ser crucial y ambos partidos aspiran a ofrecer mensajes convincentes a los votantes indecisos, mientras también convencen a la gente que ya decidió, a que salgan a votar.
Históricamente, conseguir que la gente joven asista a las urnas, ha sido un reto. Según UnidosUS, un grupo en defensa de los derechos civiles latinos, uno de cada cinco votantes latinos será una persona joven adulta que ejercerá su voto por primera vez en noviembre. Esta población es "significativamente" más proclive a identificarse como independiente, señala UnidosUS, lo que sugiere que esta cohorte de votantes puede ser disuadida por los mensajes de una u otra campaña.
"Todavía hay personas indecisas, y con razón", dijo Restrepo. "Los temas que les importan a estos individuos están relacionados más que nada con la economía, y también con los derechos reproductivos".
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